sábado, 28 de febrero de 2009

Opposing Force is back…


Lamento desilusionarlos pero no, no estoy muerto. La razón de mi ausencia por estas páginas fueron en parte vacaciones y en parte pelotudez, ya que en los días en que estuve en Montevideo no tenía ganas de escribir (así nomás). Pero aquí estoy, descansado y pronto para afrontar… el comienzo del año. Lo escribo así, en cursiva, porque me da un poquito de "cosa" nombrarlo (y disculpen el tecnicismo). Es más, me da hasta miedito. Está bien, lo acepto: le tengo miedo al comienzo de clases. Aunque en realidad no estoy seguro, debería buscar una definición de miedo… acá esta: según la RAE la palabra "miedo" proviene del latín ("metus") y significa "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario." Bien, no es miedo lo que tengo, sino que tengo el viejo y querido "cagazo previo a las clases". Es que en este caso el comienzo de las clases significa nuevo liceo, nueva gente, en fin, cambio. Y como todo ser humano uruguayo, enfrentarme a un cambio mediano me eriza levemente. Hasta se me aflojan un poquito las rodillas y todo. Aparte, sé poco y nada del lugar al que voy a ir, sólo sé que el lunes 9 de marzo entro al liceo a las 7:45 am (lo cual representa un gran reto) y sólo sé dónde queda el centro educativo. Después, el vacío. Ni idea de más nada. Una pelota de paja "lejano oeste" que se me cruza por la mente.
Sí, ya sé que no debería tener ningún miedo, no necesitan decirme que soy un cagoncito, ya lo tengo asumido (fue mi tercera asunción: la primera fue darme cuenta de que soy un completo imbécil y la segunda fue descubrir mi condición de lento para con las mujeres). Es que el simple hecho de pensar que voy a tener que reacomodar los hábitos nocturnos con los que convivo desde hace 16 años me molesta. Mucho. Y me da miedo la idea de que no lo logre. Eso, y que el lugar sea demasiado exigente (en condiciones normales no me molestaría, es más, me agradaría, pero no conozco el rendimiento de mi cerebro a esas horas). Y que le caiga mal a la gente, o que sean todos unos idiotas, o ambas. Todo eso, metido en mi cerebro-extra-racional, da malos resultados, como los que vengo nombrando hasta ahora.
Pero bue, habrá que esperar hasta el lunes, e incluso unos días después, para ver qué resulta. Espero encontrar gente rara, siempre me llevo bien con la gente rara, me siento más cómodo rodeado de freaks (lo cual no significa que mis amigos lo sean, es más, los que leen mi blog son de los más normales, así que vayan llevando…). (¿Se puede cerrar un enunciado con tres puntos- paréntesis- punto? Espero que sí…). Jaja, otra vez. Bueno, la esperanza es lo último que se pierde, generalmente primero se pierden los celulares, las llaves, la plata y la dignidad, así que voy a ir al primer día de clases con la cabeza alta, plata, llaves y el celular, y esperar que todo vaya bien. Todo va a ir bien.


En otro orden de cosas, desde mi más completa ignorancia en el tema he formulado una teoría a la que deberían prestar atención. Mi teoría dice algo así: "El Cielo está lleno de viejos y punto." Paso a explicar: mi total ignorancia acerca de los temas religiosos (la cual, lamentablemente, voy a perder antes que mi esperanza) me hace pensar que cuando uno muere y va al Cielo, a menos que se convierta en un ser etéreo sin forma definida (que no es como lo pintan en los dibujos animados), conserva la última apariencia que tuvo su cuerpo mortal mientras estaba vivo. Basado en esto y en el hecho de que la mayoría de las personas mueren cuando son viejos, me hace pensar que el Cielo al que tantos quieren ir va a estar lleno de viejos (eso, sin tener en cuenta la gente joven que muere bajo una cortadora de pasto o triturada por el camión de la basura, vaya uno a saber qué apariencia tiene esta gente). Y digo claramente "quieren", por un motivo más que válido: si cuando me muera la mejor opción es ir a la zona aérea del Cielo que le corresponde a Uruguay a estar rodeado de viejos que estén hablando durante el resto de mi eternidad de fútbol, política y religión, con el aburrimiento que eso conllevaría (imagínense hablar de fútbol con un viejo que infartó con el Maracanazo, de política con otro viejo que murió después de los gobiernos de Batlle y Ordoñez y puede contar detalladamente la decadencia irreversible del apellido Batlle, y de religión con un montón de viejos que están chochos en el MISMÍSIMO CIELO, sin tener que ir a cobrar la jubilación y darle pan a las palomas), casi prefiero la otra opción. Porque seamos sinceros, comparado con el panorama que acabo de describir, arder en las llamas eternas del Infierno es más o menos como tirarse a tomar sol en Punta del Este un día de verano a las 3 de la tarde, sin bronceador. Lo cual clarifica mi decisión: si estas son las dos alternativas, dejen que me coman los gusanos y mi eterna existencia finalice con el último bocado de alma que ingieran esos bichos (poético, ¿no?). O mejor aún, creo que voy a pedir para ser un alma en pena en algún pueblo fantasma… Trinidad estaría bien.

Ah, sí, Opposing Force está en reformas. Me parece que voy a empezar a poner menos fotitos y cosas así, ya están grandes, lean. Espero que les guste el cambio.

jueves, 12 de febrero de 2009

¿Es jueves no?


Si, ya se, el lunes pasado no escribí nada, es que el equipo de Opposing Force se tomó unas merecidas vacaciones en el camping Barracuda en Las Vegas, y volvió a casa hoy, con arena en el pelo y un leve bronceado en la piel. Pero no me olvidé del blog y acá estoy escribiendo, antes de irme a Aguas Dulces el viernes (aviso que el lunes que viene tampoco escribo, porque creo que vuelvo recién el jueves).
Muy bien, ¿de que puedo hablar? En los últimos seis días mi cerebro recibió sol, arena y agua, afectando su rendimiento y dejándome sin ideas, además de que recibí pocas noticias importantes. Se que la sub-20 de Uruguay clasificó al mundial de Egipto, hay final en el Campeonato Apertura, la selección mayor le ganó de atrás a LIBIA (estamos en el horno) y mañana juega Nacional. Aparte del fútbol, casi nada nuevo.

Encima se me está rompiendo el mouse.
Se me ocurre que en los comentarios me podrían dejar temas a tratar, siempre y cuando fueran temas decentes.
Tengo un ñomo colgado en la pared de mi cuarto.
Es increíble lo fácil que es cruzar el Solís chico, basta con caminar hasta la desembocadura y el agua te llega al ombligo. Lo cruzamos todos los días, incluso nos trajimos una funda de Nix de Parque del Plata y la cruzamos por el arroyo (parecía una frontera posta, faltaba un bote de la patrulla fronteriza). La gente nos miraba y se reía, estuvo genial.
Aprendí a hacer arroz manejando proporciones (dos tazas de agua por cada una de arroz, queda mejor que cuando lo colás).
Vi un apereá.
Me hizo falta el Stellarium, en Montevideo todavía porque se ven pocas estrellas, pero en el interior hay muchas más y no sacaba una…
Tengo una teoría que dice que las mujeres lindas son una especie migratoria que aparece en verano y en invierno se mudan a regiones más cálidas. Cualquiera lo puede comprobar, miren atentamente en verano y en invierno.
Me bajé "Stairway to Heaven" de Led Zeppelin. Temazo.
El Camping Barracuda es una reserva de cangrejos, Descubrí que le tengo miedo a los cangrejos. Y que se nadar.
El martes de tarde nos agarró la lluvia mientras volvíamos de Parque del Plata con una bolsa de bizcochos y cruzábamos el arroyo. La gente del camping se re portó y nos dio una cabaña para pasar la noche y que no nos mojáramos.
Vi un flogger en el camping.
Fuimos a Atlántida a comer empanadas. Hay un tipo que pinta cuadros con aerosol y le quedan re bien (no en el local de empanadas, sino no se podría comer con todo el aerosol).
Sigo sin saber qué escribir, pero esto está quedando casi bien.
Mezclamos jugo tang de manzana con jugo tang de naranja-mango, un invento genial. Prueben.
Me caminaron por encima más de 78547 insectos, pero por suerte no me picaron todos (si hubiera sido así, no podría escribir).
Me dio sueño. Creo que voy dejando por acá. Como ya dije, me voy para Rocha, así que no se cuándo escribo. Hasta entonces, y que la fuerza los acompañe.

martes, 3 de febrero de 2009

Sooooy Celeeeesteeee

Hoy pensaba escribir sobre el XLIII Super Bowl en el que se enfrentaron los Pittsburgh Steelers y los Arizona Cardinals, pero como no lo vi no puedo opinar con propiedad acerca del partido. Lo que se es que iba ganando Pittsburgh y que Arizona se lo dio vuelta faltando un minuto, pero que con un touchdown de los Steelers prácticamente en la hora el equipo de Pittsburgh obtuvo la victoria. Los Steelers no ganaban un Super Bowl desde el 2006, y Arizona nunca había jugado uno… Pero ta, hasta ahí vi el resumen de ESPN. Y hoy Uruguay le ganó 2 a 1 a Colombia por el Campeonato sudamericano, pero ese partido tampoco lo vi, así que tampoco puedo decir mucho. Hasta acá llega la sección deportiva de la columna de hoy.
En otro orden, ¡llovió! Hacía tiempo que no llovía, y justo se viene a largar cuando yo estoy afuera de mi casa, para mojarme con las escasas precipitaciones precipitadas. Pero aún así fue un ligero alivio para la reseca tierra. Hacía tiempo que no veía el pasto verde, y ya estaba aburrido de ese tono amarillento que toma cuando no recibe agua, por lo que yo era uno de los que estaba deseando que lloviera aunque sea época de vacaciones.
Aunque estas lluvias no solucionaron del todo la terrible sequía que atraviesa nuestro país, sirvieron para ver claramente dos características típicas del pueblo uruguayo… no, la solidaridad no es una característica de los uruguayos, ni el buen humor ni la amabilidad ni todas las estupideces que nos decimos a nosotros mismos para quedarnos contentos con nuestra condición de uruguayos, basta con subirse a un Cutcsa al mediodía para darse cuenta que todo eso son mentiras que les decimos a los extranjeros para que vengan a gastar plata y quedemos bien. Lo que quedó bien a la vista con estas lluvias fueron el egoísmo y el pesimismo que nos identifica tanto o más que la garra charrúa, el mate y Ultratón. Porque cuando la tierra se resquebrajaba de tan seca que estaba y las vacas estaban como los camellos de los Reyes desesperadas por agua y pasto, no faltó el/la idiota/o que dijo "No, que no llueva que quiero hacer playa" o "No, que no llueva que no me gusta mojarme" y cosas por el estilo. ¡IMBÉCILES! La gente desesperada porque se les desinflan las vacas y algunos llorando porque si llueve no pueden ir a pelotudear a cualquier playa montevideana. Dejate de joder, yo tengo ganas de que un día esté bien soleado y la playa repleta de gente y de repente se largo un diluvio tipo "arca de Noé" y se lleve a todos los plagas que van a la Malvín a molestar mujeres y robar carteras. Y a los turros que venden aviones de espuma plast, ¡por favor!

El otro punto, el pesimismo, se vio en tooooodos los que dijeron "Sí, llovió pero no alcanza". Y peor, los que salieron en televisión diciendo semejante pelotudez. Porque… ES OBVIO QUE NO ALCANZÓ, pero ¿me vas a decir que antes estaban mejor? No hinches las pelotas, quedate calladito y seguí haciendo la danza de la lluvia, pero no demuestres semejante uruguayez, porque algo es algo y aunque lo que quede en el vaso sea un fondo sin efervescencia, hay una parte del vaso llena, ¿o no?
Yo no entiendo a esa gente que se rompe la cabeza buscando algo que nos identifique como pueblo uruguayo y no ve algo que salta a la vista, nos abre los párpados y se mete para adentro de los ojos. El uruguayo es el ser más quejumbroso que ha pisado la Tierra, cuando hace frío porque el abrigo no alcanza, cuando hace calor no nos podemos sacar más ropa y los ventiladores hacen ruido y te vuelan los papeles. Si hay viento en la playa, se te mete arena en los ojos, y si no hay, no hay olas y el agua esta demasiado tranquila. Y ni que hablar de las estaciones: en verano mucho calor, en otoño extrañamos el calor del verano, en invierno nos jode el frío y en primavera puteamos (y en esto me incluyo) contra la pelusa de los árboles y su conspiración contra la raza humana. ¡No hay algo de lo que no nos quejemos! Si un partido de fútbol es una demostración de técnica y velocidad, falta pierna fuerte y virilidad. Cuando se están cagando a patadas, falta técnica y velocidad (¿?). Y como estos, cientos de miles de ejemplos más. ¿Quién no se quejó porque el ómnibus va muy lento y demoramos en llegar a donde queremos? Pero claro, si el tipo va rápido porque salió tarde de la terminal y llegamos 15 minutos antes, puteamos por dentro al chofer que nos hace comernos una espera de 15 minutos. Por eso siempre llego tarde a todos lados, porque así no me quejo. Lástima que los profesores no lo entienden y me dejan la falta…Y como estas hay más cosas que son bien nuestras y nada tienen que ver con Artigas, Varela o Ansina. Si hablábamos de fútbol, otro requisito para ser uruguayo es la mediocridad: pegarle al que sabe coordinar los pies con la pelota. ¿Cuántas veces he pateado a alguien porque me pasa como parado varias veces? Muchas, y no soy el único. En el área estudiantil, lo mismo. El que estudia para salir de las notas de una cifra, es un traga de mierda que vive leyendo y estudiando y un montón de bananadas que dicen los que se quedan entre el montón (y eso no me lo puede discutir nadie).¿Algo más uruguayo que el mate? Sin ninguna duda: la costumbre de etiquetar a los profesionales y, principalmente, a los artistas. "Esta es una banda de Rock Uruguayo" te dicen, y la banda queda estigmatizada para el resto de su carrera, condenada a tocar en el Pilsen Rock por el resto de su vida y con Buenos Aires como cima a alcanzar cueste lo que cueste. Si algún día tengo una banda, voy a cantar en inglés para que me no me puedan tildar de "autóctono" y me puedan escuchar en cualquier lado. O se piensan que Drexler ganó un Oscar diciendo que es uruguayo. El tipo hace mil años que está en España y mientras acá no lo escuchaba nadie se fue haciendo conocido en otros lados, entonces los críticos llegaron tarde y no le pudieron pegar un papel en la frente que diga "Made in Uruguay".

Los uruguayos tenemos la manía de abrazar las cosas que nacieron acá hasta su estrangulamiento. Es por eso que en La Hora de los Deportes pasan los goles uruguayos en el extranjero, para recordarles que nacieron acá y caminaron por 18 y orinaron en el piso del baño del Centenario, y que no importa qué tan lejos se vayan, los vamos a perseguir con un sello que diga "Soy uruguayo, yo miraba a Omar Gutiérrez" hasta que se retiren. Algunos podrán decir que esta conducta no es más que orgullo nacional. Yo les diré que escuchar a Julio César Gard diciendo en un tono monocorde que fulano hizo un gol en la segunda de Ecuador y que mengano hizo dos goles en la primera de Angola es enfermizo.
Y por último, algo más uruguayo que Charoná mismo: la impuntualidad. Y como yo no escapo a todas estas cosas que nombré porque soy uruguayo (y aunque no parezca, estoy orgulloso de serlo), publico la columna del lunes, un martes.

Hasta acá llegué. Los dejo con un fragmento extraído de la frase más conocida de una gran personalidad que influyó bastante en mi vida, principalmente en mi niñez:



"Soy el terror que aletea en las noches (…) Yo, soy el Pato Darkwing"

Drake Mallard