lunes, 12 de octubre de 2009

Noche Buitrera

El Sol se había ocultado ya hacía unas horas, cuando un telón intentó cubrir el escenario, ocultando lo que ocurría en él. El viento, tan ansioso como nosotros por latir con los acordes de las guitarras, hizo de las suyas para dejar el escenario al descubierto, desnudando una verdad que todos conocíamos, pero que todos queríamos comprobar: los Buitres Después De La Una estaban ahí, y esta iba a ser nuestra noche.

Los versos iniciales de "Una noche" fueron suficientes para que la masa humana se encendiera, dispuesta a no apagarse nunca, a acompañar a su banda sin importar todo lo demás, a responder de manera acorde a veinte años de rock.
El show comienza, y con él la travesía por la trayectoria de la banda. Desde el primigenio BDDL1, los acordes de Azul y La plegaria del cuchillo nos hipnotizan, nos hablan de amor, dolor, y todo lo que uno puede buscar en una canción. El aire caliente, el humo, la tierra, la noche; todo contribuye a la atmósfera perfecta, sólo basta con dejarse llevar de la mano de estos maestros del rock.

De las manos de La Bruja rescatamos a Natalia, para cantarle La última canción mientras bebemos de La copa de la vanidad, hasta ahogarnos en perfume de mujer. La masa se comporta cual elemento sólido, y sólo es necesario un mínimo de energía para que las partículas se separen, se dispersen, choquen y se vuelvan a juntar, creando una marea controlada por sí misma, que se agita al compás de la voz del Doctor. El paseo por la historia sigue, pero ya a nadie le importa si el tiempo corre o no.

Los clásicos de la banda desatan la locura colectiva, y cada uno espera su canción. El salto de un disco a otro, siguiendo cierta línea temporal, los juegos de luces, el cielo cubierto, el viaje. El mar de gente se agita y se calma, y la poesía fluye desde el escenario, contando mil historias que unen a todos sobre y debajo del escenario. Ninguno calla, todos cantan o animan, todos somos uno, con el sólo propósito de festejar veinte años de música sin igual.

Maraviya, Deliciosas criaturas perfumadas, El amor te ha hecho idiota, canciones de uno y otro disco sobrevienen y el tiempo avanza, nuestra travesía continúa. Los momentos de pausa acrecentan la emoción, esperando la canción, el verso, el acorde. Tenemos Condenado el corazón, algo nos impide pensar en lo que ocurre fuera, sólo estamos ahí por ellos, y ellos por nosotros. Los Ojos vuelven una y otra vez a nuestros oídos, de diferentes formas, pero siendo un factor común entre obras de arte.

La recorrida en orden sigue, es el turno de Rantifusa. El retador, El cuidacoches, sus personajes e historias llegan a nosotros, como tantas otras veces. Los versos de Rambao me enamoran cada vez más de la música y nos introducen a todos en un trance sin igual; la belleza del rock baja desde el escenario en forma de canción y se acumula sobre la tierra en forma de mujer. El cielo se muestra amenazador, a nadie le importa.

Llegan los discos más recientes, los más cercanos, me siento conectado. Me recuerdo a mí mismo con mi primer disco de Buitres, y canto como nunca. Nos queda poca voz, pero pocos lo notan. No somos un coro, somos una sola voz. Las canciones de Buena suerte, hasta siempre nos llenan de rock simple, hermoso e inmortal. Cada nota, cada vibración, todo es armonioso, y así llegamos a Mientras.

Nos declaramos uno más del montón Bajo la luna, cubierta de nubes, que empiezan a descargarse sobre nosotros. La primaveral llovizna se transforma en diluvio, pero nadie parece enterarse. Algunos se abrigan, otros se cubren, todos se quedan. El agua fría, lejos de aplacar la reacción, propensa la liberación de energía; una multitud salta sobre lo que se está convirtiendo en barro.

Es el momento de la Canción de cuna para vidas en jauría con los restos de voz que nos quedan, todos mojados, sobre el escenario y en el barro. Los equipos deben protegerse de la lluvia para asegurar su funcionamiento; con nosotros lo contrario. Parece que nos rebeláramos contra el clima y sus caprichos, haciendo de la adversidad una fiesta.

Llega el anuncio que nadie quería oír. La fiesta deberá terminar en algún momento, y el mismo ha llegado, un poco adelantado por el clima. Queda tiempo para algún himno, y luego sí, el más sublime final bajo un diluvio antológico. Y así nos vamos, con la ropa pegada al cuerpo, pero habiendo vivido una noche inolvidable. Será cuestión de tiempo hasta que nos volvamos a encontrar, cualquiera sea el motivo del encuentro. Hasta entonces, los recuerdos de ese momento serán más que suficientes.

Gracias por darme una de las mejores noches de mi vida, una vez más.



"Cuando empiece a caer
tu lluvia fina sobre mí
así desnuda
dejará mi piel"

viernes, 2 de octubre de 2009

Aviso de antemano

Sólo quería avisar que la frecuencia entre dos entradas consecutivas en Opposing Force puede aumentar durante este mes y parte del mes que viene (sí, voy a demorar aún más entre una entrada y otra). Las razones, las de siempre:falta de tiempo. Pero esta vez tengo buenas excusas: como ya sabrán algunos, se acerca el final de las clases, y como toda alegría, debe ir acompañada de algo odioso. En este caso son los escritos finales, los trabajos finales y las pruebas finales. Lindo final.

Entre las tareas que me restan, se cuenta un trabajo de geometría analítica, uno de epistemología, un cuento basado en una historia real para ética (el cual absorberá gran parte de mi creatividad), escrito de filosofía, biología, educación ciudadana, inglés y física. Y las pruebas finales de todas las materias. Y se que olvido algo...

¡Ah, sí! El 31 de octubre es la etapa nacional de las Olimpíadas de Química, a la cual estoy clasificado, lo cual hace que deba estudiar aún más, y le de menos bola a Opposing Force (lo lamento, pero mis prioridades incluyen dormir, comer, estudiar, dormir y Opposing Force, en ese orden).

Y además, dentro de 8 días Buitres estará tocando en el Velódromo Municipal por sus 20 años de carrera. Demás está decir que voy a estar ahí, en el medio del revuelo humano entre codos, polvo y humo de marihuana (nada mejor que el pogo, sin dudas).

Esto no quita que si me hago un tiempo (como ahora) escriba algo, sólo quería avisar, para que no piensen que me olvidé de mi blog... Ok, a veces me olvido, ¡pero esta vez no va a ser el caso!

Ah, y si alguien sabe cómo transformar un día de 24 horas en uno de 30 sin morir en el intento, que me avise. Lo estoy necesitando...

Que la fuerza los acompañe...