jueves, 29 de diciembre de 2011

Fin de año, otra vez

Se termina otro año, como siempre. Momento de bajar la pelota, ponerla bajo el brazo, mirar para atrás y decir "esto ya pasó, ahora para adelante". Para algunos habrá sido un gran año, para otros no tanto, cada uno tiene su historia y su balance. En lo personal no fue un gran año, pero como siempre tuvo sus cosas buenas; la cuestión ahora es tener el mejor 2012 posible. ¿Cómo? Como a cada uno le parezca. Mi mejor 2012 sería uno en el que, al final, no me quede con ganas de haber hecho nada. Un año del que aproveche cada segundo de la manera que mejor me parezca, ya sea pasando tiempo con la gente querida, estudiando o durmiendo. Lo que sea, pero aprovecharlo, aunque sea perdiéndolo a propósito, que es una manera de invertirlo.

Difícilmente lo cumpla porque siempre hay obligaciones, tampoco me puedo quedar todo el año en casa, preso de Internet y el ocio (ya quisiera). Pero el asunto está en intentarlo con todas las ganas.

¿Qué me dejó el 2011? Un año junto a una persona increíble. Unos cuantos amigos. Un cuarto de carrera completa (más o menos). Una copa América (el fútbol siempre está). Muchas historias para contar mil veces. Algunos huecos que no se van a llenar otra vez. Motivos para calentarme y para que se me pase la rabia. Un año complicado en varios tramos, pero que me enseñó a dejarme de joder e intentar estar bien, porque al fin y al cabo vamos todos a lo mismo y vida hay una sola.

¿Qué espero del 2012? Que me trate con un poco más de cariño. Que no se pase tan rápido. Más amigos y más historias. Más tiempo con ella. Menos estudio (la veo difícil). Más joda. Más salud para todos. Más plata, ya que estamos. Menos quejas (voy mejorando). Las mismas pocas horas de sueño, pero por razones más entretenidas. Menos invierno. Aprender a manejar de una vez. Tener un poco más de paciencia. Un poco más de aire libre.

Y lo que ustedes quieran.

¡Gracias por darme bola otro año, nos vemos el año que viene!

sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad

¿Momento de ponerse nostálgico? ¿De pelearse con la abuela de la familia porque no para de escuchar "Navidad de los pobres" de los Wawancó? ¡No! Momento de comer y tomar como recién vuelto a la civilización después de un año comiendo pasto en la selva, de saludar a esa gente con la que no hablaste en todo el año y de despilfarrar en regalos para todo el mundo. Momento de reconocer, por fin, que a todos nos gusta gastar plata y que nos regalen cosas, sin miedo a que nos tilden de materialistas. Momento de juntarse con la familia a discutir de fútbol, política y religión aunque todos sean del mismo cuadro, voten y crean lo mismo.

Porque para los herejes que no festejamos ningún cumpleaños mañana, ese es el espíritu de la Navidad. Y me encanta. Por eso, ¡feliz Navidad a todos!

martes, 20 de diciembre de 2011

Diez cosas que aprendí

En mi primer año de universitario aprendí varias cosas, sobre todo por experiencia personal. Quise hacer un punteo de las diez más importantes, por si a alguien le viene bien y sobre todo porque estoy demasiado vago para escribir una entrada decente. Acá van:


  • Es esencial ser sociable desde el primer día. No importa que no conozcas a nadie, tenés que ir con ganas de hablarle a todo el mundo. Vas a convivir con esa gente más que con tu familia, más te vale que hagas amigos (yo hice, y muy buenos).
  • Pretender dormir entre cuatro y cinco horas, para después pasar ocho horas sin parar en la facultad, es una pésima idea. Lo comprobé yo mismo.
  • No existe tal cosa como las materias "filtro". El filtro es la supervivencia misma; si podés aguantar un año comiendo a cualquier hora, durmiendo poco y mal, pasando hasta diez horas estudiando, o doce horas adentro de la facultad, tenés medio año salvado. El resto se salva estudiando con ganas.
  • No corre el argumento de "hay gente a la que le va peor". Siempre hay gente a la que le va peor. Hay mucha gente que deja a los cuatro meses de empezar, después de los segundos parciales. Guiarse por eso es pésima idea.
  • Otra pésima, pero pésima idea, es no ir a los teóricos. No existe eso de "me quedo durmiendo y lo estudio del libro". Llegás al día antes del examen/parcial con medio programa para aprenderte. Dormir dos horas más no lo vale.
  • Por más difícil que sea, por más tiempo que haya que dedicarle, es esencial hacerse un tiempo para despejar la mente. Un rato, un día, lo que sea, pero es necesario. Es perjudicial estudiar sin parar.
  • Respecto a esto último, no conviene salir los sábados. A veces solo el domingo no alcanza para recuperarse de una resaca, y el lunes hay que madrugar. También lo comprobé yo mismo.
  • Por más atractivas que se vean, cuidado con las vacaciones de invierno. Si lográs hacerte una semana entre los dos semestres, te puede llevar meses volver al ritmo. Obviamente hay que disfrutarlas, pero si uno se desenchufa demasiado, cuesta demasiado volver a enchufarse.
  • No importa que horarios tengas, los horarios de la bedelía y la fotocopiadora NUNCA te van a servir. La fotocopiadora de mi facultad cierra entre las 13 y las 15. Las materias de la mañana terminan a eso de las 13 o 14, así que cuando salís ya cerró y falta pila para que abran. Si vas de tarde, creo que otra es la historia. La bedelía abre en horarios ajenos a la realidad: de 9 a 12 (cuando todo el mundo está en clase) y de 16 a 18 creo (cuando todo el mundo se fue). Terrible.
  • Por más prolijo y arreglado que empieces el año, el cuidado por la imagen y la higiene va cayendo estrepitosamente con el correr del tiempo. Cambiás el jean por el deportivo, aparecen remeras feas, la costra de barba, mal afeitada a las apuradas. Cuando terminan las clases se endereza un poco el tema, ¡pero durante los exámenes es terrible!
Y más o menos eso aprendí. Ahora tengo todo un verano para olvidarme de lo que estudié, para empezar de cero el año que viene. ¡Felices vacaciones a los que las tengan!