viernes, 14 de enero de 2011

Fauna veraniega

Sé que me he ausentado durante bastante tiempo de este blog, pero, como siempre, ha sido por una buena causa. No es que me haya dedicado a disfrutar las fiestas, las noches templadas y las costas del este del país; estaba realizando una investigación de gran ayuda para todos. El estudio trata sobre las especies típicas de la temporada estival, época en que alcanzan su pico de actividad, aunque residan en nuestro país durante todo el año. El estudio ha arrojado como resultado cinco especies a tener en cuenta durante nuestro verano, ya sea para protegerse de ellas o estudiarlas; es mi deber brindarles una breve descripción de cada una de ellas. Acá van:

Buitris estivalus, "Buitre veraniego": similar al Buitris vulgaris, especie esparcida en todo el mundo, el Buitris estivalus aparece en nuestro país a fines de noviembre o inicios de diciembre, sobre todo en zonas costeras. Su mayor actividad se da entre la tarde y la noche, especialmente en la noche. De alimentación carnívora, es fácilmente detectables por sus hábitos: ronda zonas atestadas de humanos hembra, "eligiendo" a su presa. Acto seguido, despliega todo tipo de artimaña para conseguir su objetivo: desde aumento del volumen corporal (conocido como "sacar pecho para hacerse el grande") hasta el uso de frases premeditadas, pero de escaso valor lírico y sumamente reiteradas (conocido como "decirle cualquier guarangada a cuanta mina pasa"). Este ritual se lleva a cabo desde las últimas horas de la tarde, variando la presa si ésta se resiste al ataque. Con el correr de la noche, el Buitris estivalus amplía los estándares de posibles presas, llegando a ser omnívoro por la madrugada (conocido como "después de las cuatro se come lo que venga"). Inofensivo para el humano macho, puede llegar a ser molesto para el humano hembra, aunque gracias a la coevolución éstas han desarrollado variadas tácticas para evitarlos.

Plagasium detestablis, "Plancha costero": especie íntimamente relacionada al Plagasium diarium (o "Plancha de todos los días"), ya que posee las mismas características que esta otra especie. La diferencia está en su hábitat: mientras el Plagasium diarium está esparcido por todo Uruguay y Argentina, el Plagasium detestablis está adecuado sólo a áreas costeras, por lo que los climas cálidos de éstas épocas provocan el aumento de su actividad. Las costumbres son las mismas en ambas especies: desplazarse en birrodados descuidados y sumamente ruidosos, escuchar música sumamente ruidosa, comunicarse en un dialecto sumamente ruidoso. En fin, lo que se conoce como "joder y hacer ruido todo el tiempo". Son interesantes sus rituales de apareamiento por sus tácticas similares a las del Buitris estivalus, a las que se suma la práctica de actividades deportivas donde el individuo intenta demostrar sus (generalmente pobres) habilidades, en desmérito del lógico juego en equipo (conocido como "hacerse ver") y la competencia por poseer el vehículo más rápido y ruidoso (conocido como "además de hacerse ver, molestar"). Aún así, sus tácticas no son tan depuradas, ya que su presa son las Plagasium detestablis hembra, que en estas épocas ofrecen poca (y a veces nula) resistencia a los embates del macho. Sólo molesto individualmente, puede resultar peligroso cuando está en grupo (a los que he dado en llamar "hordas"). Aún no ha sido declarado plaga nacional, por lo que su caza continúa prohibida.

Ancianus hinchapelotans, "Viejo choto": especie de corta vida, el viejo choto copa variados lugares, sintiendo predilección por las plazas y los paseos de compras. En estos últimos es característica su pasmosa lentitud y su costumbre de llevar grandes cargas con las que se abre paso a través de las masas. Si bien prefieren el medio de transporte preferido es el transporte público (sobre todo en los domingos), en esta época son conocidos sus paseos en automóvil por la vía rápida de la costa, a velocidades exageradamente lentas (actividad conocida como "dominguear", típica del viejo choto). Esto despierta la ira en los demás conductores, que muchas veces los confunden con otra especie y se dirigen a ellos con un sonoro "¡Vas a cuarenta, viejo de mierda!". Su actividad nocturna es nula, y su alimentación está limitada a alimentos tan sanos como incomibles. Suelen referirse a todo tiempo pasado como mejores tiempos (con frases del estilo"Ah, tuberculosis eran las de antes, con una suavecita perdías un pulmón, con suerte"), y añoran la época en que eran respetados por las demás especies, antes de que cayeran en el olvido y la indeferencia*.

Puberas appurata, "Pendeja rápida": parecen aparecer en verano, pero sólo se las nota más, dado que en esta época se esmeran en mostrar sus recién adquiridos atributos a todo el mundo. El objetivo de esta actitud es el apareamiento frenético con cuanto especímen macho se le cruce, aunque muchas veces prefieren elegir (típico caso de apareamiento no aleatorio**). Parecen disfrutar del ritual de cortejo del Buitris estivalus, pero estos últimos prefieren evitarlas; el Plagasium detestablis, en cambio, muestra una gran predilección por estas presas fáciles. En los últimos años su población ha experimentado un crecimiento exponencial, el cual no parece que vaya a detenerse; esto es de preocupación para toda la población, dado que el número de individuos de esta especie es inversamente proporcional a su inteligencia. Esta última, a su vez, parece ser inversamente proporcional también a su nivel de desarrollo (conocido como "cuanto más fuerte, más tarada").

Hippasium passiamorum,
"Hippie común" o "Hippie": especie veraniega por excelencia, el Hippie sobrevive todo el año esperando el comienzo de la temporada estival para realizar sus actividades favoritas: ferias de artesanías, venta de pulseras en la playa y sobre todo los movimientos migratorios hacia el sureste de nuestro país, donde se encuentra su principal punto de encuentro: Cabo Polonio. Este balneario es el hábitat perfecto para el Hippie, quien prácticamente gobierna sobre el territorio; reinan en este lugar los valores de "Paz, amor y faso". Su alimentación se basa en arroz y marihuana, pudiendo prescindir del arroz en caso de ser necesario. Su comportamiento no reviste ningún perjuicio para nadie, generalmente el Hippie se concentra en sus actividades pretendiendo no molestar a otros (conocido como "estar en la suya"); es por esto que pasan bastante desapercibidos al resto de la población, salvo por cierto aroma particular que emana de sus puntos de encuentro, presuntamente relacionado con su alimentación. En resumen, no resulta peligroso para nadie; si ve un Hippie, déjelo donde está que va a estar feliz.

Y así finaliza mi estudio, espero que haya sido de ayuda. Por el momento nada más, salvo los asteriscos:
* Esto me molesta, así que intentemos evitarlo. Los viejos merecen su lugar. Saludos a los abuelos que leen el blog (si los hay).

** No encontré una buena fuente para eso, pero juro que existe. Cualquiera con cierto conocimiento de biología de quinto año me puede dar la razón (o decir que es una aberración lo que digo, pero entenderlo).

Hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Jajaja estoy de acuerdo con varias de las cosas que decís jaja :D

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  2. paaa, se me hizo muy laaargo, debe ser porque son las 5:40am y todavia no me acoste. ponete las pilas porque por lo que lei no entras en ninguna de esas categorias, o sea, no existis jajaja.

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  3. Kore: genial :D Con cuales no estas de acuerdo??

    Jipi: Si, esa es una buena razón... Pero he escrito cosas mucho mas largas y aburridas, creeme. Yo no entro en ninguna de esas categorías, porque los nerds son una especie de todo el año ;)

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  4. JAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJJAJAJAJAA....
    Más real imposible!
    Abrazo Samsense!

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Pase y diga lo que se le ocurra. Gracias.