sábado, 21 de mayo de 2011

De toga y birrete



Hoy, 21 de mayo de 2011, me gradué oficialmente de Bachiller en Ciencias Biológicas. Puede no parecer mucho, pero es el broche de oro a una etapa cerrada, a un primer paso en mi carrera, en la búsqueda de la mejora académica y personal. No es un privilegio de muchos terminar el liceo, y mucho menos seguir con una carrera; no es fácil tampoco, aunque cuando uno lo termina y empieza la Universidad, se da cuenta de que realmente era más fácil que lo que se está estudiando en el momento.* Además, el poder haber terminado en mis estudios en un centro donde se apunta alto y no al "salvar todas como se pueda", y donde se exige como para llegar a ese nivel, es doblemente gratificante; no sólo aproveché la oportunidad que se me dio, sino que también alcancé un nivel que me dejó muy bien parado frente al primer año de facultad (y creanme, se nota). Todo esto ya lo sabía en marzo cuando empecé la Facultad, o en diciembre incluso, cuando terminé las clases. La ceremonia de graduación de hoy fue como la firma al final, la estampa oficial que dice "Bien flaco, te pusiste la meta de terminar de la mejor manera posible, y lo hiciste". Un diploma puede no ser más que un papel con letras en tinta, pero en ese papel se plasma el esfuerzo de, en este caso, dos años de sentarse a estudiar y darle siempre para adelante. Pero sobre todo, es el cierre de una etapa, que terminó hace meses pero que culmina hoy, con un acto simbólico y sin mayor sentido que ese, el fin de mi vida de estudiante de secundaria. Salud por eso.

El director de mi colegio decía hoy que la vida es como un cuaderno que uno va escribiendo. Yo la veo más como una novela en tomos:
Tomo 1: soy casi un humano. Hasta la escuela no paro.
Tomo 2: Escuela. Un poco más humano. Primeros amigos.
Tomo 3a: Ciclo Básico, rasgos humanos básicos adquiridos, falta especialización. Amigos más duraderos, primera novia.
Tomo 3b: Bachillerato terminado, soy casi universitario. La especialización en "Ser humano" lleva toda la vida y uno nunca se recibe, pero qué lindo aprender. Más amigos, viajes internacionales, despertar científico, primera novia de verdad.
Tomo 4: Vida universitaria. En construcción. Supervivencia al estrés. Se me viene la edad laboral, se me caen los dogmas, soy un científico y voy a vivir en la frontera del conocimiento. Ahora sí se complica.

Qué buena novela, yo la compro. No quiero devoluciones (aunque me gustaría hacerle unas ediciones...).



*Según el paradigma de Juan Carlos Schrödinger, ex número 9 de Boston River y filósofo en sus ratos de ocio y el entretiempo, cada nivel que uno alcanza hace parecer al anterior un juego de niños. Esto se entiende en el pasaje jardín de infantes-escuela, pero se puede aplicar a todo ámbito de la vida. En otras palabras, aprovechen ahora y relajense, que la movida viene después. Siempre viene después.


La imagen es mía, si a alguien le molesta que su cara esté por ahí avisen y la saco...

domingo, 1 de mayo de 2011

Apto para todo público


Un mes y medio en la Facultad de Ciencias me ha alcanzado para darme cuenta que, de seguir estudiando, voy a quedar muy por fuera de la mayoría de la gente. Si ya antes de entrar era el raro del grupo, veo que a medida que vaya adquiriendo algún conocimiento científico voy a ir alejándome de lo que la gente considera "gente normal". Y no es que en la facultad todos sean así, como la gente que está afuera cree; adentro hay de todo, como siempre. Pero yo, personalmente, no voy por un papel que diga "Recibido en (inserte carrera aquí)", voy a definirme para el resto de mi vida, creo.

Bien nos dijeron, cuando uno elige ser científico, elige tener un modo distinto de ver la realidad (o algo así nos dijeron). Nunca pude ver las cosas sin preguntarme por qué son así, y nunca me sirvió la respuesta "porque sí" o "porque X dice que es así". Si bien puede parecer que es complicarse la vida (esta actitud es la principal causante de mi agnosticismo, por ejemplo), estoy contento con eso. No podría pasar mi vida viendo las cosas por encima, sin entenderlas; aunque de a ratos me molesta estar metido en algo tan "micro" (estudio bioquímica, con moléculas y demás cosas que no se ven), creo que es necesario para saber dónde estoy parado...

¿A qué viene esto? Ni idea, pero dado que no escribo hace más de un mes y que el principal motivo porque no lo hago es porque la facultad me quita tiempo, decidí mezclar las dos cosas y escribir una entrada sobre mi vida de universitario-futuro científico.

Bueno, como decía... ¿que decía? Ah si, es necesario (o al menos muy recomendable) cierto conocimiento científico para entender el mundo, para poder responderse preguntas que pueden ser cotidianas. Al fin y al cabo así comienza la investigación, con una pregunta; luego se intenta responderla. Pero casi cualquier pregunta puede servir de punto de partida para entrar, aunque sea un poco, en la(s) ciencia(s); querer saber por qué al atardecer el cielo se pone rojizo, o por qué el aceite y el agua no se mezclan, todo sirve para arrancar...

Los científicos no son como el Dr. Frink, o al menos no todos. No hay que ver a "LA CIENCIA" como algo frío, complicado o abstracto; es algo completamente cotidiano. Algo así se intenta hacer entender con el Año Internacional de la Química, por ejemplo, y con todos los científicos que se dedican a la divulgación científica, a llevar la ciencia a todos. Algo que pretendo poder hacer en algún momento, en cuanto pueda.

Por ahora puedo decirles que está muy bueno interesarse en algún área científica; no es necesario llegar a ser un experto, con saber un poco ya se puede ver al mundo de otra manera, una mejor manera a mi entender. Y decirles que el Dr. Frink definitivamente no es una imagen representativa de la mayoría de los científicos, aunque el mundo los (y en unos años "nos") vea así...


Ah sí, desde que empezó el año estoy por publicar este video, para que vean qué tan así es que la ciencia (en este caso la química) está en todos lados: