domingo, 15 de julio de 2012

Encuentro cercano

La mañana llegó con la nave ya estacionada sobre nuestras cabezas, metálica, callada, gigante. En la televisión hablaban todos los que tuvieran una opinión sobre el tema. Los noticieros habían dejado de pasar noticias policiales, para asombro de todos; es que la ocasión lo ameritaba.
Nadie sabía por qué habían llegado, por qué a la Tierra. Todos, los nueve mil millones de habitantes que tenía el mundo en ese momento, tenían una pregunta diferente para los visitantes, pero sólo unos pocos afortunados entablarían conversación. El grupo de representantes humanos se acercó, manteniendo una distancia prudencial, al representante alienígena. Primero habló un astrónomo.

-Bienvenidos a la Tierra, el tercer planeta del Sistema Solar, contando desde el Sol hacia afuera. Nuestro sistema, como ya sabrán, se encuentra en uno de los brazos de la galaxia que hemos de llamar "Vía Láctea". Nos preguntamos, ¿cómo nos encontraron?

El extraterrestre permaneció inmutable. Habló un químico.

-Bienvenidos a la Tierra, planeta compuesto principalmente por hierro, oxígeno, silicio y magnesio, entre otros elementos. Nosotros, los seres vivos, estamos formados básicamente por carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y fósforo. Nos preguntamos, ¿de qué están hechos ustedes?

Nada. No hubo respuesta. Habló un físico.

Nadie entendió, ni siquiera los humanos, así que mucho menos el visitante. Entonces, la Presidenta de la nación más poderosa de la Tierra, tomó la palabra y dijo:

-Bah, científicos, siempre complicando todo. Empecemos de nuevo: bienvenidos a la Tierra, nuestro hogar desde los comienzos de la humanidad.

Y levantó la mano en señal de bienvenida. Ante este saludo, la forma del extraterrestre cambió, adoptando lo que universalmente se entendería como un gesto de indignación. Sin emitir sonido (o al menos, sonido en el rango que podemos percibir), se dio media vuelta y se fue, ante la mirada atónita de la inmensa humanidad. Así nomás, se fue.

Ya en la nave, sus compañeros lo interceptaron. El siguiente fragmento está traducido al español por comodidad (propia, claro está):

-Pará loco, ¿que pasó? No duraste ni diez minutos, ¿que te dijeron?

-Ni idea, no entendí nada. ¿Pero viste lo que hizo el último? (Los aliens no distinguen género)

-No, no vi, estaba enganchado con el Space Invaders. ¿Qué te hizo?

-Levantó la mano. Así (y mostró, con un apéndice extraño, algo similar a un saludo). Son una manga de irrespetuosos, todos, del primero a último.

-Pah si, me dejás helado. La verdad que con estos bichos no se puede tratar, mejor no volver más.

Y se fueron.

Moraleja: es imposible, imposible comunicarse con extraterrestres. Suponiendo que se comunican por sonidos, nada nos asegura que sea en una frecuencia audible. Si embocamos la frecuencia, ni que hablar del tipo de sonidos, o peor, el dialecto. Podríamos recurrir al lenguaje de señas, universal. Lástima que nuestro concepto de universalidad va de acá a la esquina, en términos, valga la redundancia, universales. Quién sabe que puede llegar a significar un saludo con la palma abierta levantada, en otro planeta. Mejor ni tratar, no sea cosas que ofendamos a alguien.


Ni que hablar de conceptos como... como cada sustantivo utilizado en este texto. Andá a hacer la mímica de "carbono". Te la regalo.

Junto con esta yapa, para compensar un poco el abandono del blog. Final alternativo de la historia, con un tono más realista quizás: