lunes, 28 de noviembre de 2011

Fobias

Me di cuenta de que mis tres mayores miedos, uno sólo es realmente razonable. Porque nadie me va a pinchar con una aguja si yo no quiero. Tampoco me voy a tener que enfrentar a una altura exagerada si no lo busco. Pero uno nunca sabe lo que puede hacer una rana. Ni una langosta. Ni ningún otro bicho sin pelo que se desplace a los saltos (lo de sin pelo, porque con los canguros no hay problema).

El problema es que uno los ve y no sabe para dónde van a arrancar. Un bicho que camina, por más rápido que corra, tiene una dirección más o menos fija. Una rana puede saltar para cualquier lado. CUALQUIER lado. Cuando menos te lo esperas la tenés parada en el pecho, haciendo vaya uno a saber qué cosa (nunca me ha pasado por suerte, por eso puedo seguir escribiendo). Y ni que hablar de los sapos, que saltan mucho menos pero son infinitamente más feos. Y las langostas son un capítulo aparte, un bicho que ni cerebro tiene y encima cruje, una pesadilla.

Obligame a donar sangre si querés, pero no me encierres en una habitación con un sapo. Jamás.

Encima con este calor y humedad está lleno. Diga que le tienen más miedo a la gente del que yo les tengo... O eso me quieren hacer creer, para en cualquier momento saltarme encima y comerme entero, como hacen con los otros bichos.



No, me muero. Te banco una manada de lobos en una habitación de 2x2, pero no me dejes en una misma casa con algo así. Por suerte es africana...


Imagen: planetacurioso.com



De alguna manera sobreviviré el verano. Por suerte estoy de buen humor, lo cual hace todo más fácil. ¡Ya hasta escribo más seguido y todo!

5 comentarios:

  1. ale, leiste la estación de las lluvias, de stephen king? está en un compendio de cuentos que se llama pesadillas y alucinaciones que están muy buenos en general.
    abrazo
    f

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  2. Mientras te leía subía los pies a la silla, porque me entró una extraña desesperación hacia cualquier bicho que pudiera andar por ahí. Convengamos que si los sapos fueran como el de la foto, no estaríamos vivos, sin duda. Pero los sapitos de acá me resultan hasta simpáticos. Las ranas chiquitas son preciosas.
    Pero todo de lejos, obvio.
    Abrazo, sapo sapito sapón.

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  3. Claro, al cientifico loco no le gustan los bichos sin cerebro. Punto para las langostas.
    A la rana rené te la bancas? te estas jugando tu posicion dentro de mi lista de amigos...
    jajaja
    arriba ale, seguro aparece un flautista de hamelin que se lleva todos los bichos para el interior

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  4. Malditos sapos!

    Y maldito mi perro que intenta cazarlos y termina con la boca llena de baba ¬¬

    Malditos sapos!

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  5. f: no he leído nada de Stephen King; es más, no he leído nada en todo el año, una vergüenza. Lo pongo en la lista de pendientes, por si en el verano me pinta leer un libro de una vez por todas.

    Juana: hoy me crucé cuatro sapitos. Con el primero casi me da algo, los otros tres los crucé en pleno chaparrón y no les di bola... Podés tener razón, son bastante simpáticos de lejos, apenas saltan. Pero de lejos siempre.

    Javi: las abejas no tienen cerebro y me caen re bien, ponele; mi tema es con las langostas nada más jaja. Sabías que la rana René en inglés se llama Kermit? Me enteré hace poco... Está todo bien con él también.

    Hybrid Willow: bien por tu perro que te defiende de tales alimañas, aunque no debe haber nada más asqueroso que morder un sapo. Es como una gelatina con verrugas, puaj.

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Pase y diga lo que se le ocurra. Gracias.