martes, 24 de abril de 2012

Frío

(Imagen: http://neetciencia.com)

Muy a mi pesar, el frío tiene cierto encanto. El aire frío le impone una barrera mucho más clara a tu cuerpo: vos terminás ahí, donde empieza ese ambiente que corta, que te da un efímero descanso antes de volver a golpear con el viento helado. De cierta manera me siento más vivo, porque cuando todo lo de afuera queda reducido al silencio y la quietud interrumpida sólo por el viento helado, todo lo que queda soy yo; yo no estoy frío como lo que me rodea, está bien claro. Ese frío no es nuestro, viene de lejos, muy lejos. Trae paisajes y memorias de tierras blancas muy lejanas, al sur del límite imaginable, del fin del mundo, pero me pega en la cara entre los edificios que veo siempre, me cuenta de lugares donde es moneda corriente.

Nunca hace tanto frío como el de la imagen, con el que tenemos me alcanza. Me despierta, me aclara el pensamiento. El calor acelera otras cosas, más animales, instintivas; el intelecto es todo del frío, pero a su vez es su enemigo. Pensar da calor. No el calor del cuerpo al que estamos acostumbrados, sino el calor de ser conscientes de que estamos ahí, pensando, cuando todo lo que hay afuera está mucho más frío, inerte. El pensamiento lucha contra el frío, pero en el fondo lo quiere; si no fuera por él, correríamos tras tendencias más básicas, propias del calor.

Con el pensamiento viene la memoria, el frío trae recuerdos. El viento arranca imágenes de lo más hondo, las revuelve y las revive, como a las hojas. La luz blanca de las nubes, melancólica, ayuda a meterse dentro de uno, a refugiarse.

El frío me pone autista.

Y no tiene nada que ver, pero me dan ganas de escuchar Buitres. Porque los recuerdos traen otros tiempos. El tema es sólo un tema, no tiene mucho que ver con la entrada. Aprovechen a pensar estos meses.

     
Obviamente el tema no es mío, sino de unos animales de la música uruguaya, en el mejor sentido de la expresión. "Sólo", de Buitres después de la una. (Con esto del copyright hay que abrir el paraguas.)

domingo, 8 de abril de 2012

Disculpas bla bla bla


Estoy de vacaciones, y cuando no, estoy estresado. Va un repost de Turismo, de cuando el blog era Opposing Force.

Y si, no se consuela quien no quiere. El fin de la semana de turismo lo deja a uno con ganas de más vacaciones, así que ya empecé a contar los días que faltan para julio. Aunque, claro está, faltan muchos escritos, parciales y divisiones de polinomios para julio. Igual, la semana de turismo fue un lindo descanso...
Un descanso del blog, no escribí en toda la semana... Y de las clases, no más de un cuaderno por día... Toda la semana acostandome a la hora a la que me tendría que levantar un día normal (rondando las 6 am). Hermoso.

En realidad pensaba escribir ayer, pero me detuvo uno de las fechas más importantes para el mundo occidental. Un día en que se conmemora un hecho que nos ha llenado a todos de vida, felicidad y amor, nos ha marcado en la historia y ha unido y dividido a multitudes.
Señoras y señores, como todos imaginarán, me refiero a la creación del primer huevo de pascua, hecho importante en la historia del hombre, si los hay.
No se la fecha ni el lugar, ni siquiera el nombre de quien creó semejante maravilla, pero me siento con el deber moral de agradecerle: Gracias. Si estás leyendo esto, aparte ser una excepción a la vida media del ser humano (los huevos de pascua no se inventaron ayer precisamente), sos mi ídolo. Me alegras la semana de turismo.

Porque, seamos sinceros, ¿qué es lo mejor de estas vacaciones para los infelices que permanecemos en Montevideo? Definitivamente no es la Vuelta Ciclista. ¿Las domas? No señor. ¿Las misas y peregrinaciones y todo lo que pasan en TODOS los informativos? Menos que menos. El significado mismo de la semana que pasó es el huevo de chocolate. Sin vueltas. Mas allá de la ausencia de clases y eso, a mi me pone "masoquistamente" feliz castigar a mi aparato digestivo con cantidades insalubres de chocolate de todos los tipos, en forma de huevo.

Y aquí surge la principal división entre las diferentes creencias existentes en este mundo: la gente que cree que el chocolate en barra es igual al chocolate con forma de huevo (una burrada, si me permiten el término), y los que creemos fervientemente en que los huevos de chocolate son más divertidos (lo que lamentablemente los hace más caros). Incluso existen escépticos que dudan de la existencia de estas maravillas (los huevos de pascua), pero generalmente son gente que no sale de sus casas, no va al super y ni siquiera prende la tele.

Pero lejos de estas divisiones estúpidas, aún quedamos fieles que recordamos el verdadero significado del domigo de pascuas: los huevos de pascua. Y sí giles, lo escribí en el segundo párrafo, no da para olvidarse, digo yo.

Así es que, entre excesos de glucosa y falta de horas de sueño, pasó esta semanita de turismo. Y ahora, a esperar vacaciones de julio. No queda otra.

Eso sí, estudien. No quiero aburrirme en diciembre y febrero porque todo el mundo está dando exámenes.

Ahora, me gustaría despedirme con una frase célebre, esperando que esto se transforme en una costumbre en Opposing Force. Acá va la frase de un pensador contemporáneo, uruguayo él:

"Los omnívoros comen ovnis hechos de pestañas. Por eso los aliens no tienen pestañas, las usan para los ovnis".

Leo Díaz en una clase de Ciencias Naturales de primer año de liceo.

No sé por qué mi memoria trajo esto a mi cabeza, pero no quería volver a olvidarlo. Nos vemos un día de estos. Suerte.